Sí, es posible pasar de diseñar para Zara a tener tu propia marca internacional. Prueba de ello es la historia de Celia Bernardo, la diseñadora asturiana que pasó de trabajar en Zara a tener su propia firma con más de 250 puntos de venta en Estados Unidos, Europa y Australia, con presencia en wholesalers de la talla de Neiman Markus, Shopbob, Anthropologie o Brown Thomas, entre otros.
Aunque la firma Celia B nace en 2012 en Shanghái inspirada por los textiles de culturas ancestrales, hay una gran historia detrás de esta firma, y empieza en Oviedo, Asturias, lugar de nacimiento de la protagonista que, con 18 años, se mudó a Madrid a estudiar Publicidad y Relaciones Públicas. Desde ahí, ya han pasado más de dos décadas, hasta que Celia decidió volver a vivir a su tierra natal. No sucedió esto hasta que ella sintió que era el momento de echar raíces y la pandemia le obligó a ello.
Dos décadas que han dado para mucho, desde estudiar Comunicación de Moda en Milán, una temporada en Ibiza donde comenzó a diseñar y vender sus propias joyas, hasta trabajar con marcas como Zara, Pepe Jeans y Asobio. Sin embargo, su amor por los viajes y el diseño hicieron que la industria del «fast fashion» no encajaran con su visión de la moda.
Fue precisamente estando en la otra punta del mundo cuando nació Celia B, tras un par de años viviendo en Shanghái, con experiencia y muchas ganas por cumplir un sueño. Aunque no estaba nada claro, unas telas compradas en la India, Tailandia y Hong Kong en las manos de un sastre cercano a su casa fueron los primeros diseños de la firma, los cuales vendidos en ferias y mercadillos de la propia ciudad. Estos eran solo los primeros pasos de un gran emprendimiento para Celia Bernardo.
Una firma que canaliza su pasión por los viajes y su amor por las piezas artesanales que, además, le lleva a ser coleccionista de textiles, patrones y atesorar inspiraciones que nos trasladan desde las selvas y playas de América Latina hasta las medinas marroquíes.
ASÍ ES CELIA B
Nacida en Shanghái en 2012, Celia B es una marca slow fashion en la que su seña de identidad son las prendas con personalidad, muy divertidas, apasionadas y atemporales que hacen brillar a las mujeres con productos duraderos y de calidad. Y es que todas y cada una de las prendas son el fiel reflejo de la personalidad arrolladora de su fundadora Celia, corazón y alma máter de la firma.
Su amor por los colores vibrantes, textiles tradicionales y estampados llamativos se refleja claramente en sus diseños. Cuenta con un don especial para crear belleza a partir del caos y la contradicción. Su objetivo: divertir a través de sus alegres creaciones. Tal como ella misma afirma, “El estilo de mis prendas está cargado de alegría y vitalidad. Es muy ecléctico ya que bebe de mis experiencias viajando por el mundo, de los mercadillos, de prendas vintage, de textiles antiguos y de las técnicas artesanales como el ganchillo y el bordado, todo ello cargado con grandes dosis de color, brillos y fantasía. Diseño prendas que me hacen sentirme bien y, por lo que me cuentan las personas que las llevan, es un sentimiento contagioso”.
Diseños que van desde las rayas vistas en Rajasthan hasta los batiks de Indonesia. Su uso de motivos tradicionales se combina a la perfección con texturas exageradas y audaces explosiones de estampados y colores.
CRECIENDO POCO A POCO
Celia Bernardo conoce bien este mundo y los retos que supone crecer de forma sostenida por eso se muestra contenta al afirmar que es lo que sucede con su firma, pero más aún al explicar que fue a partir del año 20-21 cuando las ventas se potenciaron significativamente, llegando a alcanzar un +310% en comparación con los años anteriores”. Un crecimiento exponencial post-pandemia, algo que no todas las firmas pueden decir haber experimentado, un pleno crecimiento en un período de incertidumbre mundial.
Además, el ecommerce ha experimentado este año un 110% de crecimiento, representando ahora un 33% de las ventas totales de la firma y aumentando el porcentaje de fidelización de la clienta que ahora ya apuesta por diseños nuevos cada temporada. Ahora, Celia B se ha adentrado en una nueva línea de negocio, la línea homewear que permite tener un portfolio más completo y robusto, brindando así piezas únicas a sus consumidores y manteniéndose de forma adicional a las colecciones de moda.
UN EQUIPO FORMADO ÍNTEGRAMENTE POR MUJERES
El talento humano ha sido la base de este crecimiento, un equipo de más de 15 personas tanto en Shanghai como en Oviedo que son quienes dan vida a todos los proyectos y nuevas creaciones de Celia B. Una empresa que ha ido adquiriendo una mayor estructura, estableciendo unos procesos y una forma de trabajo adecuada para poder responder a las necesidades que surgen en el día a día. Pero además, el equipo está compuesto íntegramente por mujeres. Un equipo humano muy diverso, de distintas nacionalidades, edades y procedencias, unido por una gran pasión y dedicación a lo que hacen, siempre con foco creativo y atención a los detalles.
DISEÑOS INTERNACIONALES
La firma española está arrasando en todo el mundo y son muchas las prescriptoras de moda que ya la han lucido, desde las más internacionales como la icónica Olivia Palermo, la bloguera de moda Amy Roiland o la influencer Klaudia Kedziora hasta las españolas que más apoyan la marca España como Eugenia Martínez de Irujo, Paula Echevarría, Anita Matamoros, Ana Milán o María Fernández Rubíes, algunas de las que han lucido en numerosas ocasiones los diseños de la asturiana.
Pero además, hace apenas un año sus diseños conquistaron a los fans (y a las estilistas) de Sex Education, una de las series adolescentes de mayor audiencia en la plataforma Netflix. Recientemente también los hemos podido ver en la tercera temporada de la serie Never Have I Ever, bautizada en español como Yo Nunca. La última serie en incluir los diseños de Bernardo ha sido Élite y es que los estudiantes de Las Encinas no podían quedarse sin llevar alguna de las piezas de esta firma de moda que, sin duda, conquista con su color y alegría a todo el mundo.
