Confecomerç considera que los ciudadanos han recuperado cierta normalidad, debido a la relajación de las restricciones, y al avance del nivel de vacunación. Ello sumado a la retención del gasto de los ciudadanos, hecho que ha permitido que la tasa de ahorro esté alta puede repercutir en un repunte, lo que significaría un balón de oxígeno para el pequeño comercio en esta etapa de recuperación.
Pese al repunte, la reactivación no paliará los daños ocasionados en el sector, por lo que se hace necesario establecer un plan de reconstrucción del pequeño comercio, dado que ha sido uno de los sectores que más ha sufrido las consecuencias de esta crisis, y que ahora más que nunca necesita medidas de apoyo para poder reflotar sus negocios.
En este sentido, la Confederación solicita que se agilice lo máximo posible la tramitación de las ayudas directas al sector, hecho que provocará un cierto aliento a los comercios a la hora de impulsar su actividad, y que a su vez contribuirá a potenciar la economía local y el empleo.
Los comercios de proximidad arrancarán con interesantes descuentos, que pueden ser del orden del 50% de inicio, teniendo en cuenta que este año contarán con un amplio stock, lo que representa para los clientes una gran oportunidad.
Desde la Confederación se advierte que la campaña de rebajas ha perdido toda su esencia tras su liberalización, por lo que el sector vuelve a insistir en la necesidad de recuperar la regulación del período, con una fecha de inicio y de fin.
El presidente de Confecomerç, Rafael Torres ha señalado que “es importante retomar un período de rebajas que esté marcado en el tiempo para conseguir ese efecto de impacto y generar expectación en el cliente, así como favorecer las máximas garantías ofreciendo un producto de temporada. Debemos acabar con el desorden y el desequilibrio que provoca la liberalización, que no beneficia a nadie, y que provoca ambigüedad y hartazgo, alejándose del espíritu real para el que fueron creadas”.