En un momento en el que la moda se mueve entre la búsqueda de sensualidad controlada y la necesidad de prendas con funcionalidad urbana, las firmas se ven empujadas a explorar nuevos códigos. La pasarela ha dejado claro que el invierno ya no es territorio exclusivo de la sobriedad: el cuerpo vuelve a ser protagonista, con transparencias estratégicas, siluetas ceñidas y tejidos que reinterpretan la noción de abrigo. En este panorama, donde otros diseñadores proponen microfaldas con vocación invernal y traducen lo acuático en texturas metalizadas, la mirada mediterránea de Charo Ruiz aporta un nuevo acento: una feminidad que se atreve a llevar la esencia de Ibiza al frío de la temporada.

La diseñadora ibicenca, reconocida por haber elevado el estilo adlib hasta convertirlo en lenguaje contemporáneo, cruza por primera vez una frontera inédita en su firma: el invierno. Y lo hace con Ondara, una colección que no sólo marca un punto de inflexión en su trayectoria, sino que reinterpreta la feminidad mediterránea bajo un prisma cosmopolita.

Su última colección traduce el movimiento perpetuo del mar en un mesh con relieve ondulado, un tejido que abraza y esculpe el cuerpo como una segunda piel. Las transparencias juegan con la luz y revelan volúmenes ceñidos, mientras que las faldas fluidas parecen diseñadas para perpetuar el vaivén de la marea en cada paso. Hay una clara vocación de modernidad en esta apuesta por la sensualidad medida, en ese juego entre lo que se insinúa y lo que se estructura.

Pero Ondara va más allá del imaginario etéreo que suele asociarse a Charo Ruiz. La introducción de una bomber y un abrigo largo en tejido acolchado abre un nuevo capítulo en su narrativa: prendas que reinterpretan el motivo ondulado en clave protectora, casi armadura, como si el mar pudiera transformarse en abrigo. La gran sorpresa llega con la bota de ante de caña alta, un gesto de estilo inesperado que aporta fuerza, contraste y una actitud cosmopolita que dialoga con la ciudad tanto como con la isla.

La paleta cromática nos sumerge en el misterio del océano profundo: negros intensos, burdeos tendencia o blancos contenidos con transparencias, entre otros, que evocan el instante en que la luz se filtra bajo la superficie. Una propuesta que habla de sofisticación sin esfuerzo, de elegancia con carácter, y que, sobre todo, confirma la madurez estética de la casa.

Con Ondara, Charo Ruiz consigue algo que parecía un desafío: trasladar el ADN de Ibiza al invierno sin perder su esencia. La colección no sólo amplía el imaginario de la firma, sino que lo consolida en una dirección más cosmopolita y versátil.

CHARO RUIZ: 

Charo Ruiz nació en Sevilla y se trasladó a Barcelona con sus padres. Ejerció de ‘maniquí’ y trabajó para grandes modistos como Pertegaz o Pedro Rodríguez y a finales de los años setenta se afincó en Ibiza donde creó su propio taller y showroom. La esencia ibicenca y la pasión por su Andalucía natal han marcado el camino de su éxito convirtiéndola en una de las diseñadoras españolas más reconocidas fuera, y dentro, de nuestras fronteras. Estandarte de las colecciones crucero, sus creaciones siempre han estado muy ligadas a la artesanía y el buen hacer con diseños de alta calidad que han logrado enamorar a celebrities e influencers nacionales e internacionales.

La empresa fabrica 30.000 unidades al año, una producción bastante alejada de las 3.000 con las que comenzó. Hoy día cuenta con tres tiendas propias y más de 200 puntos de venta multimarca y presencia en 150 países. Desde que a principios de la última década la marca empezara con su proceso de internacionalización, la enseña familiar. Desde que a principios de la última década la marca empezara con su proceso de internacionalización, la enseña familiar ha logrado seducir a retailers y e-tailers tan relevantes de la industria como Net-à-Porter, Joseph, Harrods o Harvey Nichols, entre otros.