La industria europea del calzado quiere aumentar el nivel de sostenibilidad e innovación en el proceso de producción y reciclaje del calzado. La producción masiva combinada con el aumento del consumo de calzado está haciendo que las empresas reconsideren los productos y creen productos innovadores y atractivos, teniendo en cuenta los desafíos ambientales y la necesidad de reducir sus costos.
El proyecto de cuatro años "LIFE GreenShoes4All", cofundado por la Comisión Europea, fue lanzado en São João da Madeira la semana pasada por un consorcio de organizaciones de investigación, centros de capacitación, asociaciones nacionales de calzado y fabricantes de calzado y componentes de Bélgica, Portugal, Rumania y España. El proyecto apoyará el Mercado Único para Productos Verdes mediante la implementación de un nuevo método para medir el desempeño ambiental a lo largo del ciclo de vida, la Huella Ambiental del Producto (PEF) para el calzado. El objetivo general es reducir los problemas y costos a los que se enfrentan las empresas y brindar una mejor comprensión a los consumidores con respecto a las etiquetas utilizadas. De hecho, los consumidores tienden a confundirse con el flujo de términos y etiquetas engañosas sobre productos ecológicos.
Más concretamente, la metodología PEF ayudará a las empresas fabricantes a reducir las emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero, con el objetivo de lograr una economía baja en carbono. A través del desarrollo de conceptos innovadores de diseño ecológico y procesos ecológicos, los recursos naturales se utilizarán de una manera más eficiente alentando la reducción del PEF, para obtener zapatos de rendimiento. El LIFE GreenShoes4All también está dirigido a crear nuevos empleos, servicios y productos ecológicos gracias a las nuevas rutas de reciclaje y modelos de negocio hacia una economía circular. Las primeras empresas de calzado y comercio aliado ya han adoptado el proyecto “LIFE GreenShoes4All” porque aumentará su competitividad dentro de un marco ambiental y un enfoque ecológico, dando lugar a una metodología sostenible. Al final del proyecto, la huella ambiental del producto podría convertirse en un estándar mundial para medir el desempeño ambiental y reducir la multiplicación de "etiquetas verdes" que carecen de un entendimiento común.