«Hace menos de una semana desde que nuestro querido Isak Andic nos dejó de un modo trágico e inesperado. Se ha ido demasiado pronto, con miles de cosas por hacer, con tantas conversaciones pendientes, con ideas brillantes y ambiciones futuras para seguir compartiendo.
Y en esta reflexión íntima para encontrar el sentido y recobrar fuerzas para seguir y mirar hacia delante me he encontrado con muchas de las enseñanzas de mi relación con Isak desde que nos conocimos a finales de 2014. Isak ha sido un visionario, un líder, un soñador, alguien que creía que el cielo es el límite, pero con una capacidad privilegiada para pasar de las ideas a las realidades, alguien que hacía fácil lo difícil.
Su visión estratégica, su sensibilidad por el diseño, por el arte, por la moda y su pasión por los detalles nos dibujan al perfil de un emprendedor y empresario humanista. Emanaba una capacidad única para la escucha activa, conectando con sus interlocutores y mostrando una genuina empatía en todo momento. Su forma de delegar inspirando y empoderando a todos los que estábamos a su alrededor, haciéndonos crecer en lo personal y lo profesional.
Isak me enseñó que la diferencia la hacen los equipos. En Mango sabemos cómo rodearnos de excelentes profesionales y mejores personas. Esto es un reflejo más de los valores que Isak siempre nos transmitió: el espíritu innovador y emprendedor; el cuidado por los detalles y la sensibilidad con todo su entorno.
Uno de las mayores enseñanzas que me llevo de él es que hay que abrazar y liderar los cambios. Isak disponía de un talento y capacidad únicos para reinventarse y reinventar constantemente el proyecto, anticipándose a las transformaciones de la industria sin perder nunca de vista lo esencial de los valores diferenciales de Mango.
Me siento profundamente orgulloso y agradecido de haber sido merecedor de su confianza al delegar en mí la responsabilidad de velar por el día a día de la compañía durante estos años y estoy convencido, además, de que sabremos honrar y dar continuidad a su legado. Su capacidad de soñar, de inspirar y de hacer equipo es una lección de liderazgo que ha transformado mi vida profesional y personal.
Quiero también recordar unas palabras que se pronunciaron en su ceremonia de despedida: “Gracias Isak por la oportunidad de crecer a tu lado. Por querer que seamos siempre nuestra mejor versión. Porque creías que todos éramos un diamante en bruto, incluso más que nosotros mismos. Gracias por hacer de capitán, por ser un faro que nos indica el puerto. A partir de ahora, sólo nos queda remar todos juntos”.
Me siento privilegiado de haber compartido camino contigo. Me comprometo a trabajar incansablemente para que tu sueño de MANGO continúe creciendo. Como nos dijiste hace tan solo una semana: “Esto es solo el principio”.
Gracias, Isak, por todo lo que nos has enseñado.
Gracias. Gracias. Millones de gracias.
Te echaré mucho de menos.
Toni Ruiz
CEO Mango