El concepto de la tienda proyectado por Castel Estudio de Barcelona y el equipo interno de diseño de la marca, ha buscado integrar la arquitectura del espacio interior del edificio, característico del Eixample barcelonés. La tienda, de gran altura, está definida por elementos constructivos tradicionales de la época, bóvedas de ladrillo, vigas de fundición, pilares metálicos y consta de una secuencia de módulos de exposición de producto extremadamente simples que consiguen ordenar las colecciones de ropa cambiando de materialidad según la sección en la que se encuentran, dialogando por su ligereza, con la arquitectura existente. La idea de la nueva imagen de BERSHKA se centra en la utilización de pocos materiales siempre muy neutros donde el producto y su contenido se convierten en absolutos protagonistas.
Desde un punto de vista arquitectónico, los espacios de la tienda y sus diferentes plantas se han conectado visualmente a través de grandes aberturas en forjados, patios y lucernarios cenitales, permitiendo la entrada de luz solar y generando un ambiente muy agradable en la experiencia de compra del cliente.
Elementos de exposición sorprendentes como una gran pared de piedra que articula la exposición del producto y genera un recorrido visual en toda la profundidad de la tienda, acaban en un gran patio de luz donde se ha instalado una gran pantalla kinética con contenidos generados por el artista americano Ezra Miller, expresamente para esta ocasión
La planta principal de entrada en Paseo de Gracia se dedica a las colecciones de BERSHKA y BSK, dejando la planta superior con vistas a la calle a la zona de MAN.
En la planta inferior, destacan los elementos de caja a modo de islas como si se tratara de grandes esculturas que permiten ser rodeadas y, por lo tanto, facilitar y agilizar el proceso de compra, así como la zona de probadores y un área dedicada a los complementos.
Otro elemento que destacar es la iluminación de la tienda, diseñada expresamente para esta flagship a base de una trama de pequeños proyectores LED que generan un espacio muy cálido y confortable.
Por último, un elemento lúdico y sorprendente, una gran esfera cromada de plástico hinchable, colocada en la entrada del edificio, establece un guiño divertido con el cliente y se convierte en un punto de atracción desde la calle.