Por su parte, la directora de Innovación en Bienestar y Salud Laboral del IBV, Mercedes Sanchis, ha incidido durante su charla introductoria en que “los trastornos musculoesqueléticos continúan siendo una plaga a nivel global en cuestión de accidentes laborales”. Un tema que, según Sanchis, resulta de gran importancia tanto a nivel económico como social para las empresas y el bienestar de los trabajadores y trabajadoras.
Por parte del Invassat, Jorge Cervera ha abordado las enfermedades profesionales más representativas dentro del calzado, donde destacan las dolencias relacionadas con la mano-muñeca con un 56,3% debido al síndrome del túnel carpiano y un 19,3% a causa de otras dolencias en esta zona del cuerpo. Como factores de riesgo en las plantillas del calzado prevalecen las posturas forzadas y los movimientos repetitivos.
La otra parte de la jornada ha sido conducida por la investigadora del área de Ergonomía y Salud Laboral del IBV, Alicia Piedrabuena, y su compañero Alberto Ferreras. Ambos han abordado los riesgos que se pueden encontrar en el sector del calzado y especialmente en los puestos de trabajo que se han estudiado en el proyecto como el aparado, el acabado y los almacenes de expedición. Dentro de cada puesto, se ha realizado un recorrido por las tareas que se suelen llevar a cabo en ellos, identificando las principales posturas que se adoptan y los riesgos ergonómicos que se derivan de ellas. En cada caso, han facilitado recomendaciones generales que pueden ser de ayuda para reducir estos riesgos ergonómicos.
Según Alicia Piedrabuena los riesgos ergonómicos fundamentalmente “están asociados a tareas repetitivas y posturas forzadas, sobre todo, en el puesto de aparado”. En el caso de los puestos de acabado, según esta experta, también aparecen como factores de riesgo las tareas repetitivas y en los puestos de almacén suelen ser tareas vinculadas con la manipulación de cargas que conllevan dolencias en la zona dorso-lumbar.
Ambos expertos del IBV han coincidido en señalar la necesidad de rediseñar espacios, alturas y profundidades de trabajo con el fin de mejorar las posturas, así como de empezar a introducir rotaciones de tareas y otras medidas organizativas dentro del sector con el objetivo de reducir el impacto de los riesgos en el entorno laboral e incrementar el confort y la salud de los trabajadores y trabajadoras.