Gabriella Cortese, fundadora y directora creativa de ANTIK BATIK, nos lleva a una aventura exótica en los reinos de su imaginación, llena de referencias artísticas y brillantes matices vacacionales. Pasteles o ácidos, estampados o lisos, estructurados o drapeados… todo vale siempre que desprenda seducción.
La colección es una oda a la alteridad, a la otredad que embelesa y hechiza. Los diseños están pensados para que se puedan lucir con un capricho individualista: chalecos que se llevan sobre la piel desnuda o encogidos sobre un traje de baño cuando se pone el sol. La blusa pasa de ser un top caprichoso a un vestido coqueto. El pantalón se baja más que nunca en un crop que se ajusta a la cadera, mientras que el pañuelo pierde su función primigenia de accesorio y se transforma en un estampado fluido que acaricia el cuerpo.
Evocando deliciosamente una fantasía isleña, una paleta de colores de vivos tonos afrutados -desde el limón cítrico hasta la frambuesa salvaje, pasando por la naranja picante y la sandía fresca- se apoya en tonos terrosos de pistacho, almendra, albaricoque y crema. Los bloques de color puntúan la colección, dando ritmo a los estampados y a los bordados húngaros.
Con más atención que nunca, los accesorios rematan nuestro espíritu aventurero. Los minibolsos para ir a cualquier parte se mezclan con los maxi bolsos despreocupados, mientras que la piel, tan deseada, llega con relieves, adornos o perlas. Zoccoli» es nuestro broche final, unos zuecos de tacón alto diseñados con el estilo de los años 70 de Sophia Loren, que prolongan el encanto de nuestro último verano de amor.
Fotos: Carmine Romano