8 de cada 10 españoles comprará algo en Black Friday. El 53% de las compras corresponderán a artículos y productos de moda. Pese a ello, el 56,8 % de los consumidores no cree en la veracidad de los descuentos ofrecidos".
En opinión de Ángel Asensio, presidente de la Confederación ModaEspaña, FEDECON y la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Madrid, el actual planteamiento del Black Friday "no tiene ningún sentido, ni en España ni en Europa, a diferencia de Estados Unidos, donde corresponde a una promoción tras el Día de Acción de Gracias y cuando ya se han realizado las compras navideñas".
Para Asensio, la importación de esta acción de promoción de las ventas se ha hecho de tal manera que lo único que hace es canivalizar y parasitar los periodos y acciones de venta que sí nos son propios, llevando a un consumo desmesurado y sin sentido, que llevan a empresas y retailers a reducir sus márgenes en pro de un aparente aumento de la facturación poniendo en peligro el necesario equilibrio comercial.
Las empresas necesitan vender con margen para poder ser rentables, seguir invirtiendo y produciendo, así como sostener sus plantillas de trabajadores, sostiene Asensio. En un sector y, sobretodo, en una sociedad, que se ha dado cuenta de que el futuro pasa por una mayor sostenibilidad en sus sistemas de producción, basadas en un consumo más racional y sostenible, que ponga el acento en la calidad por enima de la cantidad, y en la durabilidad, acciones como el Black Friday, basadas únicamente en el precio y en el consumo desmedido "no tienen sentido", afirma.
Así lo ha corroborado también Jorge García, de Extreme Collection, durante su intervención en el webinario que ha tenido lugar ayer. "El Black Friday es una putada. Han traido a España una cosa que no tiene sentido. Antes el mes de octubre era bueno en ventas, y el mes de noviembre, también. Ahora se lo han cargado. Las ventas que se pueden dar en Black Friday no suplen a las que se daban antes", explica.
Elena Peña, directora de Micuir, afirma que, a diferencia de las campañas de Rebajas, que se hacen para vender los stocks sobrantes de las temporadas, "el Black Friday no tiene ningún sentido", por lo que "nosotros no lo hacemos", comenta.
Decisión compartida por Leyre Urzaiz, de Papiroga, que explica que "nosotros ofrecemos siempre el mejor precio, siempre, durante todo el año. Un precio justo a los productos que ofrecemos", por lo que no recurren a acciones de dudoso resultado comercial como ésta. Es más, añade, "no creemos en ella porque para llevarla a cabo implica una producción y un consumo desmedido en los cuales no creemos. No queremos tener que producir de más para crear unos excedentes a los que después haya que dar salida en base a promociones basadas únicamente en precio". Por ello, dice, "el consumo tiene que iniciar un cambio de paradigma basado en la cohrencia y en la sostenibilidad".
Carmen Saenz, fundadora de Bestforless, reconoce que el propio sector ha "educado mal al consumidor", añadiendo en los últimos años acciones de promoción aparentemente encaminadas a dinamizar el consumo en forma de rebajas, descuentos especiales, mid season, día del consumidor… "estamos acostumbrando al consumidor a comprar siempre y durante todo el año con descuento".
Una presión a la que no todos pueden plantar cara. Ana Carrasco, de Malababa, reconoce que "en un mundo cada vez más global e internacional, las marcas tienen que asumir el contexto del mercado y qué espera el consumidor de ellas".
Incluso los medios de comunicación se han beneficiado de este tipo de acciones, reconoce Natalia Bengoechea, directora de moda de Smoda y miembro del comité de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid: "publicar noticias del Black Friday genera tráfico y SEO". No obstante, reconoce que "hay que empezar a educar a los consumidores en otros términos" y "no sólo en base al precio y las ofertas", promoviendo otros valores "más sostenibles, en cuanto a producción y consumo responsable".
Y es que, si bien a corto y medio plazo todos los ponentes coinciden en que "el Black Friday ha venido para quedarse", hay que dar opciones a las empresas para sumarse o no a este tipo de acciones, siendo coherentes y honestos, ya que "muchos suben el precio antes, para bajarlo después", denuncia García. "El consumidor es un yonki; le das decuentos y cada vez exige más y más", lo que lleva a situaciones realmente anecdóticas: "nosotros no hacemos Black Friday y, sin embargo, suele ser una de las fechas en las que más vendemos, a pesar de ello, por la propia acción desmedida que se da en el consumo", confiesa. Por ello, hace un llamamiento a reeducar a empresas y consumidores en una producción y consumo más responsable.
Así las cosas, Asensio menciona que el 23% del consumo espera y aprovecha el Black Friday para avanzar sus compras navideñas, con descuento, y sin margen para las empresas y comercios". Eso sí, señala, "mucha gente busca las promociones y descuentos en el canal online, pero el 60% de sus adquisiciones las sigue realizando en el offline, porque le da mayor seguridad y experiencia de compra".
Frente al 8% de las ventas que representaba a nivel global las compras online, la pandemia ha llevado a que éstas se sitúen en torno al 20 o 30%. Pero en esta situación, "las ventas offline siguen representando el 70%", por lo que Asensio anima a empresas y tiendas a ver ambos canales como complementarios y a seguir desarrollando nuevas acciones y experiencias en el offline, en vez de caer en guerras de precios que no beneficiarán a ninguno de ellos.
Al final, a la pregunta Black Friday sí o Black Friday no, cada empresa, cada tienda, cada consumidor, "tiene que encontrar su camino, pero sin caer en el todo vale", alega Ana Carrasco ya que "puede ser una oportunidad" más que un peligro si se hace bien.
Carmen Torres, secretaria general de la Confederación ModaEspaña, resume la situación actual: "al final, el Black Friday es una anécdota", que pone de manifiesto la necesidad de unión que hay en el sector. En otros sectores, como en el de la gastronomía y la restauración, los cocineros han sabido poner en valor su trabajo más allá de un precio, ofreciendo opciones para todos los bolsillos, gustos y necesidades, pero transmitiendo a sus clientes una serie de valores añadidos, poniendo de manifiesto sus productos, servicios, conocimientos y experiencia.