Se trata del cuarto año consecutivo de la asociación y el consistorio mantienen este convenio de colaboración que se ha traducido en campañas de concienciación y sensibilización en contra de los productos falsificados, campañas online o en cursos de formación a la Policía Municipal de Madrid.
Desde diciembre de 2021, además, la ciudad de Madrid ha sido nombrada Autenticiudad, un proyecto promovido por la Oficina de la Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) que fue creado por Andema y sus asociaciones homólogas de Francia (Unifab) e Italia (Indicam), y que tiene por objetivo destacar y valorar a aquellos ayuntamientos que luchan de forma activa contra la venta de productos falsificados y fomentar que continúen sensibilizando a la población sobre el valor de los productos auténticos.
«Los Ayuntamientos son clave en la lucha contra las falsificaciones»
Para Gerard Guiu, director general de Andema: “los ayuntamientos son clave en la lucha contra el fenómeno de las falsificaciones. Sus calles y tiendas son los escaparates del comercio local y realizando acciones para sensibilizar a la población y para tratar de eliminar las falsificaciones, colaboran de forma directa en la protección del comercio local, fundamentales para la economía y empleo de sus vecinos”.
De acuerdo con Miguel Ángel Redondo, delegado del Área de Gobierno de Economía, Innovación y Empleo del consistorio “la defensa de la competencia y de los derechos de los consumidores y consumidoras, a través la lucha contra la venta ilegal y la puesta en valor de las marcas y la propiedad intelectual, es una de las medidas de apoyo al comercio de la ciudad y de defensa de los consumidores y consumidoras promovidas por el Ayuntamiento de Madrid, siendo esencial para la consecución de los objetivos la colaboración con ANDEMA”.
Las falsificaciones no son solo peligrosas para la economía y el comercio, sino que pueden poner en riesgo la salud y seguridad del consumidor. “Los últimos datos de la EUIPO, que señalan que cerca de la mitad de los españoles, de entre 15 y 24 años, han comprado una falsificación de forma intencionada. Esto, nos dan una idea de lo necesaria que es la colaboración público-privada y las acciones dirigidas a concienciar a la población de los perjuicios que provocan estos productos”, destaca Guiu.