La actriz californiana siempre se ha mostrado partidaria de la transformación radical en sus looks, tanto en el cabello, como en sus estilos a la hora de vestir. La bella Stewart juega con su cabello y su imagen sensual envuelta en un sutil halo de escándalo.

Fue en el año 2007 cuando conocimos a una Kristen Stewart dulce y romántica, con un corte largo degradado, ovalado alrededor de la cara para resaltar los contornos y un color “blond doré” que le da calidez a su piel. Un look muy años 70-80, una fiel reproducción de las actrices de “Los Ángeles de Charlie (1976)”. Llevaba la raya en el centro y unas ondas que le encuadraban el rostro.

Con el lanzamiento de la saga de Crespúsculo (2009), la actriz norteamericana aparece con un nuevo look, una melena más sensual y salvaje, con unas ondas “efecto wavy”, con un relieve sutil que da luz y profundidad al conjunto del cabello.

En 2014 decide dar un cambio y cortar su melena para lucir un pixie, dejando su baje natural, pero con algunos toques de luz para darle un aire más interesante a este cambio.

Es en junio de 2016, cuando la actriz opta por decolorar su melena y nos presenta un look messy hair años 90 con un cuadrado grunge platino.

2018, su cambio más radical: Cabeza rapada. Lo vimos en los desfiles de Versace, de Paul Smith e incluso en las pasarelas de Givenchy: “El ultracorto con aire edgy”. Fue uno de los estilos imprescindibles del otoño/invierno 2017/2018. Como no, Kristen fue una de las primeras en arriesgar y sumarse a la tendencia.

Actualmente, en 2020 he podido verla con un look Glam Rock. Los años 70 y 80 vuelven a estar de moda en su versión más radical y reinventada. Este tipo de corte se caracteriza por una nuca larga, muy desfilada, con los lados indefinidos, el flequillo largo contrasta con la parte superior. Los pequeños mechones desconectados alrededor de la cara y del cuello, le aportan ese aire roquero.