Ferrer ha señalado ante un grupo de directivos de la industria del calzado que los objetivos de ‘clima neutro’, la reducción de las emisiones contaminantes, las exigencias del consumidor final como en los canales B2B, además del refuerzo para el sector del calzado de la Responsabilidad Ampliada del Productor, motivarán la necesidad de generar sistemas muy parejos a los actuales para residuos ligeros gestionados por la entidad Ecoembes.
En la actualidad, según Ferrer, se está poniendo el foco en el sector textil – con mayor impacto medioambiental con respecto al calzado -, que se está viendo obligados a generar sistemas de recogida selectiva de ropa en desuso en el ámbito doméstico. “Esto mismo tendrá que hacer el sector del calzado, cuyo producto genera menos problemas medioambientales, pero es más complejo de reciclar y de separar sus componentes”.
Para este experto en materia de gestión ambiental, “los cambios de esta Quinta Revolución Industrial son imparables, como con la Cuarta Revolución vinculada a la digitalización, este cambio hacia la sostenibilidad también ha sido acelerado por la irrupción de la pandemia de la Covid-19. Y no hay alternativa, adaptarse o dejar el mercado”.
No obstante, Ferrer considera que se trata de una oportunidad de transformación que afortunadamente viene acompañada de una importante inyección de fondos europeos para la transición de las empresas, puesto que la UE pone a disposición de los cambios de la industria el 25% de su PIB, más de 260.000 millones de euros, más el paquete de Bonos Verdes, todos ellos disponibles en los próximos años. Ferrer recordó que el objetivo intermedio de reutilización y reciclaje de residuos domésticos – entre ellos el calzado – sea del 55% en 2025, este porcentaje deberá ser del 60% en 2030 y del 65% en 2035.
Maremagnum normativo
El CEO de Omawa recomendó a todos los profesionales del sector que participaron en el webinar “estar atentos a los cambios normativos”, aunque señaló la necesidad de esperar al Decreto Ley que regule la actual Ley de Cambio Climático.
En términos generales, todas las empresas deberían comenzar a actuar en materia de reducción de su “huella de carbono” como primer parámetro que se exigirán por parte de la administración y el propio mercado. Ante la llegada de normativas de distinto nivel – comunitaria, estatal y autonómica – Ferrer señaló la importancia de planificar y establecer una hoja de ruta en materia de gestión. “No podemos olvidar que, más allá de la nueva fiscalidad verde que va a llegar, cada cambio supone una inversión. Y hay algunas que son obligatorias y otras que deberemos acometer si para nuestros objetivos de reputación, ventas, exigencia del cliente, etc… nos resulta necesarias”, añadió.
En este sentido, el desarrollo para adaptar las empresas del calzado a la Ley de Cambio Climático pasa por diagnosticar y detectar riesgos; definir la estrategia, medir los impactos de las medidas; y localizar financiación adecuada, disponible a través de los Fondos Europeos”.